Por mi estúpida manía de querer hacer siempre lo que quiero he decidido absurdamente que todo iba demasiado bien, demasiado perfecto para ser normal y quise darle un tono mas interesante, ese punto negro en medio del rojo, que me hiciera despertar las ganar de querer volver a ver el rojo carmesí, y fue cuando gire el timón de mi vida un poco al sur luego otro poquito al norte y en ese preciso instante en el que se empezó a desatar la tormenta, los rugidos del viento, el cielo oscuro y todos los “síntomas” dignos de la tormenta mas avasalladora jamás registrada en los episodios de mi existencia, en ese momento mi vida volvió a tornarse agitada una vez mas y estoy aquí en busca de ese sol brillante que me haga encontrar la calma que se siente cuando llega la paz.
Condesa
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