Cuando empezó el sol a asomar sus brillantes rayos supe que era el momento de correr y refugiarme en un lugar que me mantuviera en la seguridad de la sombra, giré la cabeza de un lado a otro en busca del lugar apropiado, opte por caminar rápidamente y encontré una vieja callejuela en la cual me introduje y fue ahí donde encontré el lugar perfecto para estar a salvo y evitar los mortíferos rayos de sol, se trataba de una puerta bastante destartalada, vieja, arrumada que imaginé medio podría ser abierta y cerrada sin que quedara en mis manos, pensé que en ese lugar seguramente me encontraría con cualquier tipo de animal rastrero pero en ese momento era yo el depredador y ellos las victimas, no debería sentirme amenazado por nadie mas que por los rayos de sol que ya empezaban a marcar su territorio lo cual me hacia sentir bastante temeroso al no saber mi paradero, dude un segundo y me atreví a abrir la puerta encontrando en su interior a un viejo que por su aspecto descuidado y andrajoso deduje se trataba de un mendigo más de la ciudad, en lo que advirtió mi presencia no tuvo más reacción que pegar un brinco y apartar las manos de la fogata que a duras penas se mantenía con vida, la llama pasaba de ser anaranjada a un azul casi celeste, ante aquella reacción no osé a dar un paso ni adelante ni hacia atrás, quedé como petrificado esperando que dijera algo y fue entonces cuando escuché con voz ronca y valerosa preguntar quién estaba ahí y alcancé solo a decir… me llamo, Cedric señor… Cedric Blake, para luego preguntarme que hacía ahí, en su… casa, ¿como es posible que pudiera considerar esa asquerosa pocilga una casa? Porque para mí no era más que un nauseabundo hueco donde ni las ratas podían permanecer por mucho tiempo, el caso fue que le dije que necesitaba pasar el día ahí que no causaría molestia alguna pues era un desvalido sin hogar, amigos o familiares a los cuales acudir, me respondió que pasara y cerrara bien la puerta porque el frio le comenzaba a corroer los huesos, hice absolutamente lo que me pidió y me senté en una esquina un tanto distante de su presencia, el siguió concentrado en su intento de calentar por lo menos sus manos ya que el fuego era tan débil que no ganaría fuerza ni con diez mil cerillos que le lanzara porque de lo que carecía era de palos y ramas secas, estuvo callado por un muy largo rato casi me pareció una eternidad y yo me dispuse a imitarlo quedándome en absoluto silencio, al cabo de un lapso que tal vez consideró oportuno me pregunto de donde había salido y que de donde era, yo sin muchas cosas que decirle puesto no recordaba demasiado de mi vida pasada me vi en un gran aprieto y mi única salida visible fue inventarle una historia, le exprese con cierta cautela que había nacido en Nueva York, creo que fue una de las pocas verdades que dije, que me encontraba aquí porque un viejo amigo me pidió que lo acompañara a una de sus aventuras por el mundo y cuando el murió me quedé absolutamente solo y en una ciudad que era completamente desconocida para mí, por eso ahora no era mas que otro vagabundo de la ciudad, sin hogar, comida, sin ropa y sin un centavo en el bolsillo y que de esta manera ya llevaba varios meses a lo que estaba acostumbrado, el oyó con atención y por ultimo le dije que contaba con apenas veinticuatro años de edad, el mencionó que de joven era un hombre apuesto que vivió siempre en esta ciudad pero que poseía un negocio que le generaba suficiente dinero como para tener una vida digna pero cuando quedó en la bancarrota y endeudado hasta con el padre de la ciudad se tomo la voluntad de desaparecer de la vida de todos viviendo en el anonimato hasta ahora, escuchándolo empecé a recordar como había llegado a este lugar era obvio que fue gracias a Samantha, sí ese es el nombre de la chica que fue mi perdición el inicio del fin de mi vida, ella fue quien me trajo a este lugar me veo con ella tomados de la mano, riendo, y caminando por una calle a oscuras contando historias de su vida anterior, ya era yo vampiro cuando llegamos aquí pero no sé porque todavía no tengo claros recuerdos de todo lo que me ha sucedido, de cómo transcurrió esta locura en que ahora esta convertida mi vida… me muero por conocer los detalles de todo este disparate del cual solo comprendo que me llamo Cedric y que soy un vampiro..
Condesa...
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